6 cualidades de los inversores de éxito

Las inversiones son complicadas. A pesar de que muchos alardeen de lo fáciles que son, solo su entendimiento requiere de cursos, y una formación avanzada. Las inversiones están basadas en la especulación y la incertidumbre sobre el resultado final, aunque como sabemos hay instrumentos financieros que son mucho más seguros, en cuanto a conseguir una ganancia final. Es difícil ser un buen inversor,  según algunas estimaciones, sólo el 20% de las personas involucradas en el negocio de inversión tienen éxito.

Y debido a este porcentaje tan bajo, es posible que los inversores se desmoralicen continuamente y piensen en cambiarse de sector. Por eso los que realmente son inversores, tienen una serie de cualidades comunes que podemos concretar en 6. Desde Wisebread han elegido las 6 más importantes y más comunes.

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1. La inteligencia se basa en la paciencia

Para tener éxito en la inversión, hay que ser paciente. Hay que mirar las inversiones a largo plazo, y no precipitarse solo por la idea de poder ganar algo de dinero mañana, ya que esas inversiones suelen ser las más arriesgadas.  Hay que estar dispuesto a esperara, y ver como los beneficios llegan. Muchos inversores, caen en la trampa de la comprobación de sus inversiones varias veces al día, y es en este tipo de casos cuando es difícil ser paciente, ya que cada día hay muchas subidas y bajadas, lo que puede ocasionar una venta antes de tiempo, o una compra no muy acertada.

2. Planificación

Lo más probable entre los buenos inversores, es tener un plan concreto antes de invertir. Tienen unos objetivos finales y una idea clara de lo que están buscando con esa inversión. Antes de invertir será necesario elaborar una comparación con las ventajas e inconvenientes de los tipos de inversión posibles, y a a partir de ahí, elegirán la más adecuada. Es importante sentirse seguro en la inversión a realizar, y si se tiene oportunidad contar con la opinión de alguien que tenga más formación y conocimientos.

3. Disciplina

Los inversores inteligentes saben que su plan es mejor que cualquier idea por impulsos que se les pase por la cabeza. El plan que hace cada inversor seguramente sea el mejor a largo plazo, el que les haga mantener sus metas y objetivos.  Hay que ser disciplinado, y seguir los pasos marcados. Si pretende cambiar algo de lo que pensó en su momento, es aconsejable consultar con alguien que le pueda dar otra visión, y su opinión personal.

4. Ambición

La ambición te ayuda a encontrar el éxito muchas veces y en temas de inversión . La ambición además te ayuda a asumir riesgos, por lo que se puede obtener un beneficio mucho mayor en estos casos. Inversionistas ambiciosos están dispuestos a asumir tanto riesgo como pueden permitirse, por lo que pueden obtener un beneficio máximo cuando sus inversiones valen la pena. El luchar en contra de la ambición, supone la satisfacción de uno mismo. Las personas que se sienten bien consigo mismos tienen más probabilidades de ser ambiciosas. Si uno se siente bien, también lo hará con sus inversiones.

5. Adaptabilidad

Un inversor inteligente debe ser capaz de adaptarse a las condiciones del mercado, las nuevas tendencias, y las diferentes formas de hacer negocios que cambian constantemente. Tiene que ser capaces de evaluar sus planes a largo plazo, para decidir cómo y cuándo llevar a cabo la inversión y estrategia. Los buenos inversores saben diferenciar entre lo que es una posible tendencia pasajera, frente a un nuevo negocio.  Por supuesto, la edad y condiciones de vida, así como los conocimientos, y el trabajo influyen en esta adaptabilidad.

6. Intuición

Muchas veces se confunde la intuición con sueños, deseos o esperanzas. La intuición es una forma alternativa de llevar a cabo inversiones, y además puede llevar a resolver problemas y encontrar soluciones. Las intuiciones pueden tener o no sentido, pero siempre hay que hacer algo de caso. Los impulsos son la intuición, y provienen de un lugar interior, que pueden ocasionar grandes decisiones financieras, y es posible que sea un buen método para operar de vez en cuando, sobre todo si se tiene experiencia, y algunas situaciones puede relacionarse con otras del pasado.

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