Como conformar una cartera defensiva

En un principio, se debe tener en cuenta que la rentabilidad va de la mano del riesgo. Si uno asume mayor riesgo, puede obtener -o no- una mayor rentabilidad. Por el contrario, con menor riesgo se puede obtener -en un principio con mayor seguridad- una rentabilidad menor.

Dicho esto, el objetivo de rentabilidad de una cartera defensiva es en general no mayor al 10%, dependiendo mucho de factores como el IPC, tipos de interés o coyuntura económica.

Para conformar una cartera defensiva, lo principal es la diversificación de la inversión y la correcta elección de los valores. En este sentido, la elección de las acciones debe tener en cuenta el fundamento de compañías que cotizan con un yield superior al tipo de interés oficial con la intención de invertir en renta variable con una consideración de renta fija.

En caso de que las acciones bajen, habría que mantenerlas y recibir la rentabilidad en forma de dividendos. Si las acciones suben, la situación se presenta óptima ya que al dividendo a recibir habría que sumar la revalorización de la cotización. Un problema que conlleva esta forma de inversión es que obliga a sobreponderar empresas de mediana y pequeña capitalización que son las que ofrecen una mayor retribución.

La renta variable se debe combinar de forma acertada con deuda pública o privada, de manera que esta inversión en renta fija aporte estabilidad al conjunto, en caso de alta volatilidad en los mercados de capitales -como en este momento-.

Se puede plantear, a su vez, una Defensiva con Coberturas mediante venta de Opciones Call, lo que nos puede aportar unos ingresos adicionales, asumiento a cambio la obligación de vender acciones al precio de ejercicio si la opción es ejecutada por el comprador. En todo caso, se puede dejar de ganar pero no perder.

Y volvemos al principio: la clave está en una correcta diversificación de la inversión…

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