Cómo la inflación influye en nuestro día a día

Cada persona es como es, y sobre todo en temas de dinero. Los hay ahorradores, que destinan parte de su sueldo a la inversión, o a la jubilación, y están los del otro lado. Esos que parece que no pueden tener dinero entre las manos, porque lo gastan. Desde Daily Finance llaman a este «fenómeno» , la vida de inflación. Veamos por qué.

Por ejemplo, si recibimos una paga extra, podíamos destinarla a la jubilación, a comprar una casa más grande, o incluso meterla en el fondo de la universidad de nuestros hijos. Pero no son pocos los que deciden renovar el armario por completo o irse a unas vacaciones de lujo. El objetivo es gastarlo cuanto antes, como si dentro de una hora fuera a subir el precio de todo, igual que pasó en los años de hiperinflación alemana. 

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El consumismo es uno de los peores (o el peor) enemigo del ahorro. Se ha convertido en una forma de vida para muchos, y para los que no tienen límite, se puede convertir en una pesadilla al cabo de los años, sobre todo cuando tenemos un imprevisto o situaciones económicas peores. ¿Cómo saber si estamos en esta situación?

  1. Cada vez trabajas más horas, necesitas mantener tu nivel de vida. Vives para el trabajo y tu gran satisfacción es ver el sueldo al final de mes. Consumes cosas caras, y no tienes tanto dinero ahorrado como deberías.
  2. No tienes un presupuesto marcado para cada mes. Gastas lo que te apetezca y lo que necesites, sin tener en cuenta que a la semana siguiente habrá rebajas, o que llegan muchos cumpleaños familiares.
  3. El ahorro no está entre tus prioridades, y tienes pocos fondos destinados a la inversión y a los ingresos pasivos. 
  4. Tu sensación diaria es querer trabajar todo el tiempo, incluso horas extra para ganar más y más dinero y poder gastarlo, cuando en realidad con el que tienes te sobra para vivir cómodamente.
  5. Nunca eres realmente feliz, y siempre piensas en otra cosa que podrías comprar o adquirir para serlo realmente. Pero nunca llega ese momento.
  6. Vives con todas las comodidades, incluso con más de las que necesitas, pero te sigues sintiendo pobre y te falta algo. Piensas siempre en mejorar y llegar a un nivel superior.

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